COSAS
DE “NIÑOS”.
Esther
Martínez Yepes.
La
forma en la que esta organizada la exposición de
“Playgrounds” es
muy dinámica.
Por
la disposición de las obras, nos relatan
el transcurso
de la historia del arte en relación
con el tema que proponen: los juegos, la plaza, el carnaval, los
niños en
los parques...
pero
lo más llamativo es la reiteración de la idea del juego en los
niños, el juego infantil, convirtiendo esto en
un arte. Es
una exposición
dinámica
donde
se mezclan todo tipo de formas artísticas
como la fotografía
y
el video (nos
muestran los espacios de juego de los niños donde
se están divirtiendo),
esculturas, pinturas,
dibujos...
incluso
salas donde el artista juega con la luz como por ejemplo lo
que ya realizó
Carlos Cruz Diez con sus “Cromosaturaciones” en 1969.
A
finales del siglo XIX los artistas cuestionan los limites del arte y
en ese planteamiento algunos optan por buscar en
los orígenes, es decir, en
los
niños. Se introducen en el mundo de la infancia, aproximándose
al arte a través de la vista de un niño, realizando obras sin
detalles,
con
formas simples
y simulando
falta de técnica. A
este estilo se
le
denominó como
“naif” siendo Henri Rousseau uno de los mayores representantes y
mostrando la capacidad de transportarnos a la infancia. También
se entiende como retroceso, como
vuelta a lo anterior, a
ese momento donde
el mundo no estaba
contaminado por la modernidad.
Artistas
como Paul
Klee y Miró introducen
el elemento
de juego dentro del propio concepto artístico,
tratado
como
algo imprevisible, algo en lo que se aprende experimentando.
Ven
el
carnaval como
la idea de este juego donde
nada
ni nadie es lo que parece y
nadie
muestra su cara verdadera.
Esta
idea aparece en la exposición a través de obras como los
gravados de Goya que incluyen esta temática, o más obras de
diferentes autores en forma de pinturas o
dibujos.
En
las siguientes salas nos encontramos con obras
donde
los
artistas
van más
allá y juegan a ponerse en un doble papel: son
artistas
y creadores
de juguetes. Los
vanguardistas ya pensaban que
los juguetes eran demasiado realistas, así
que
intentaron
llegar
a
los niños con dibujos y juguetes esquemáticos, como
hizo
Joaquín Torres García artista
del siglo XIX que
realizó
una serie de juguetes de madera esquemáticos y
simples para
dar pie a la imaginación.
En
la exposición nos encontramos con una obra de estas características,
con
la
que
el
visitante podía
combinar
diferentes formas de
madera
y originar
lo que ellos quieran, promoviendo
la creación a
los espectadores, involucrándoles
en sus obras para que no sean meros observadores y recurran a su
imaginación.
La
obra no
es nada a no ser que alguien juegue con ella,
actúe
en ella, tiene
que haber una dimensión
de acción por
parte de alguien para que funcione. En
esa sala nos quieran mostrar
la
idea de
lo que ya escribió Pablo Neruda: “El
niño que no juega no es niño, pero el hombre que no juega perdió
para siempre al niño que vivía en él y que le hará mucha falta”.
(¡Atención
con no perder a ese niño!).
Los
comisarios de la exposición de “Playgounds” hacen una llamada a
todo el mundo sobre lo que ya dijo Jean
Jacques Rousseau: "La infancia tiene sus propias maneras de ver, pensar y sentir; nada hay más insensato que pretender sustituirlas por las nuestras". Critican el hecho de que es precisamente lo que estamos haciendo, pero además dan una solución: hay que "reinventar la plaza" y enterrar la idea de que los juegos son solo cosas de niños.
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