lunes, 6 de octubre de 2014


Vamos al “parquecito”

Maria Fernanda Isaza Múnera (1º Historia del Arte)

La primera vez que visite el Mueso Nacional Centro de Arte Reina Sofia fui a ver una curiosa exposición con mas de 300 obras que la componían, llamada “Playgrounds”, el solo nombre me evoca  recuerdos de mi niñez jugando en el parquecito de mi casa con mi hermano. Una exposición que nos hace recorrer un sin fin de ideas, con base al juego; al espacio para desarrollar esa faceta creativa del ser humano. La reinvención de la plaza como objetivo primordial; el concepto de espacio publico empezaba a cambiar, a transformarse con la invención del parque en la segunda mitad del siglo XIX.; los parques de juego, una solución a los problemas económicos de la época no solo en torno a un control político sino con connotaciones que generaban una ganancia de estos espacios públicos utilizados de manera que el ciudadano pudiera pasar su tiempo libre. El concepto de libertad y la apertura que esto genero, la creación de un espacio donde estaba todo dispuesto para que la persona realizara lo que quisiera, permitió forjar y ampliar el concepto de sociedad, no solo un espacio donde se trabajara sino también donde se disfrutara; el concepto de tiempo y de poder hacer lo que se plazca con una porción de ese tiempo da una tonalidad nueva al concepto de vivir.

De alguna manera la arquitectura marco un punto de quiebre con la reinvención de la plaza, la utilización de los espacios públicos de esta manera; así después de la segunda guerra mundial, se utilizaron muchos terrenos baldíos o zonas que habían sido bombardeadas para crear parques para que los niños y jóvenes disfrutaran, se recrearan y se pudiera descargar en cierta medida todo el trauma de la guerra.
Una exposición que además pretende mostrar los hábitos olvidados, ya que los niños no juegan en parques sino con consolas de juego, internet, o celulares y la gran problemática que esto causa como: obesidad, falta de habilidades de coordinación, problemas de salud y de desarrollo creativo a tan temprana edad. Concientiza de manera eficaz y me hace añorar los días en los que me la pasaba jugando con mi hermano y mis primos a las escondidas o quemando la piel de mis piernas con el tobogán, o alcanzar las nubes en los columpios, una lista interminable de sentimientos y actividades que ya los niños no contemplan de la misma manera que mi generación lo hizo, o las anteriores a ella.

Una compleja muestra de obras con trabajos que están realizados en diferentes materiales y técnicas como pintura, escultura, fotografía, cine, instalación, muebles y que pretenden como objetivo mostrar todas esas facetas del juego, de la reinvención de la plaza. Con trabajos tan impresionantes como la fotografía de Arthur H. Felling llamada “The afternoon crowd in Coney Island” (1940) la cual me causo asombro ver una conglomeración tan grande de personas en un parque temático, aunque se puede apreciar esto hoy en día, sigue siendo una muestra del éxito que tuvo esta reinvención de la plaza, esta reinvención de cómo pasamos el tiempo.  Cabe resaltar que cuando un niño crece y se convierte en adulto se olvida de la maravilla y lo beneficioso que es jugar, la recreación y el tiempo libre se ven ligado al dinero y su gasto, por eso como dijo el escritor español Mateo Alemán La juventud no es un tiempo de la vida, es un estado del espíritu”. Hay que conservar ese niño que llevamos dentro, dejarlo enloquecer y jugar.

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