jueves, 2 de octubre de 2014

UNA NECESIDAD PRIMORDIAL
Múltiples autores
Miguel García Saurí (1º Historia del Arte)

En el museo Reina Sofía se expone Playgrounds, “espacio de juego” en español, que hace referencia a toda la evolución que ha tenido el juego en general, los parques y la diversión colectiva a lo largo del tiempo desde finales del siglo XIX hasta la actualidad.

Jugar es algo que hacemos todos, soliendo ser un referente hacia los niños y los más jóvenes, cuando realmente es un método para divertirnos, sin importar la edad. Muchas veces molesta ver que alguien se ríe de alguien (comentando negativamente con tonos burlescos) cuando se entretiene de formas que pueden tacharse fácilmente de infantiles, sin embargo esto no es más que una mentalidad colectiva debida a ridículos convencionalismos. Cualquiera puede jugar y en este museo se colocan pruebas que lo demuestran. Esta exposición cuenta con alrededor de 300 obras que nos intentan hacer reflexionar sobre los espacios públicos como un tablero de juego en el que se juega de diferentes maneras y sobre los carnavales y sus sentidos actuales vinculándolo a la revolución industrial, a un principio capitalista y profundizando en el hecho de los espacios públicos amenazados por las nuevas fuerzas económicas.

Se muestra cómo los parques se han colocado en muchas partes de las ciudades, en un principio con la madera y posteriormente añadiendo otros elementos, llegando a realizar pequeñas recreaciones de barcos, fuertes y figuras (cohetes, tanques, animales, etc) para influenciar en la imaginación de los niños que pasan el rato en estos lugares. También hay numerosas fotografías que confirman el aprovechamiento, por parte de los más jóvenes, de los espacios afectados por las consecuencias de la guerra, de manera que se acostumbrasen a realizar trabajos físicos mientras pasaban un buen rato y se divertían. Incluso hay muestras de parques enteros que han sido realizados con materiales reciclados. Todo esto nos viene a decir que esta necesidad que tenemos las personas de pasarlo bien es inagotable en el sentido de que aprovechamos cualquier cosa con este fin.

Más allá del juego en si, se nos muestran fotografías y documentos que informan de que hubo un momento de la sociedad que impulsó la creación de espacios y actividades para ocupar el tiempo libre de las personas, porque fue un momento en el cual los horarios de trabajo eran más reducidos y las condiciones laborales no eran ya tan penosas. Esto mismo sigue haciéndose hoy con parques de atracciones y recintos cubiertos con una enorme piscina donde se realizan actividades acuáticas para toda la familia.

Entrando en el tema del carnaval nos topamos con una enorme crítica y revolución social, llegando a convertirse en auténticas manifestaciones. Los carnavales tienen distintos modos de ser expresados según el lugar de procedencia y en esta exposición se nos muestran caricaturas y fotografías que llegan incluso a ridiculizar las diferentes formas en las que se expresa, haciendo ver un dadaísmo hacia estas costumbres.

También hay una sala en concreto que sorprende tan solo por una curiosidad que puede parecer de poca importancia, hablo de una estancia con un reproductor que muestra continuamente fotografías de niños jugando en una pared y rodeada de otras más pequeñas que hablan sobre la falta de parques. Pero a lo que quiero llegar es a un sonido constante, el de las risas y voces de los niños que, si uno se fija, hace que parezca estar en un parque.


El tema resulta interesante para todos, ya que nuestra especie tiene la necesidad de divertirse por poco pragmática que sea la actividad en cuestión, de ahí que los juegos (como el arte a su vez)  y todas sus variedades no desaparezcan.

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