HA LLEGADO LA HORA DEL RECREO
Cristina Montenegro Antón
Playgrounds: reinventig the Square ha reunido unos trescientos
objetos y fotografías que han sido expuestas en el museo Reina Sofía. La exposición
se centra en el ámbito social en relación con los espacios públicos. Tras la
revolución industrial, el trabajo se convierte en un modo de vida, una manera
de sobrevivir. La vida laboral queda intrínseca en la vida de cada persona. Por
ello, en la exposición se destaca la necesidad del tiempo libre, la distracción
y el juego como una parte fundamental de nuestra existencia. El juego se
relaciona directamente con la inocencia de los niños, con lo festivo, lo gozoso
y lo creativo, que a su vez se revela frente a las actividades laborales y la
vida adulta que generan inevitablemente responsabilidades y obligaciones. El juego
y el tiempo libre se unen y coexisten con el trabajo a lo largo de la historia,
actuando en un mismo escenario: un espacio público que es materializado como
parte de la participación de las personas. Las consecuencias son claras, la
diversión y la no preocupación se convierten inmediatamente en un tiempo de
consumo. Ese tiempo domina los modos de vida que se palpan en los espacios
públicos, vinculándose con el ámbito económico. Pero a su vez, este espacio de
juego se convierte en una especie de paraíso de entretenimiento y constituye
uno de los puntos principales de la ideología moderna. Y es que cualquier lugar
público es bueno para convertirlo en un patio de recreo. Se reciclan los
espacios vacíos para llenarlos de entretenimiento a través del derecho a la
diversión y el juego. De aquí surgen las ideas de los junk playgrounds, un concepto que consiste en la adaptación de
lugares desolados y devastados por la guerra y otros desastres como campos de
juego para los niños. Esta idea fue dispersada tras la Segunda Guerra Mundial
por varias ciudades europeas. La lógica carnavalesca se impone como herramienta
para cambiar la visión de la ciudad y generar nuevos conceptos para organizar la
vida en común.
La exposición se presenta dividida
en distintos espacios públicos y sociales. El carnaval es el protagonista de la primera parte. Gracias a esta
práctica tradicional, se ha reconocido que es posible transformar el día a día,
aunque sea en un corto período de tiempo, en un momento carnavalesco y desinhibido.
El derecho a la pereza quiere
resaltar el trabajo como herramienta de subsistencia y la necesidad de tiempo
libre para el trabajador. En los desechos
del mundo muestra como los lugares desolados de las ciudades, aún sin ser
atractivos, han constituido un lugar que los niños adoptan como patio de
recreo. La ciudad,
tablero de juego hace hincapié en la idea de que la ciudad es un trazado de caminos que
llevan al espacio de juego. También se separan como recintos independientes la zona de juego y los espacios callejeros
en el Modelo Playgrounds. Asalto al museo es una conmemoración al
proyecto de Palle Nielsen, que incluía un parque infantil en museo Moderna de
Estocolmo.
Estas son algunas de las zonas que encontramos en la exposición antes
de llegar a una última sala en la que me gustaría detenerme a analizar. En algunas
críticas, he podido leer como uno puede ‘’disfrutar’’ del columpio de Acconci;
me gustaría saber de qué manera puede lograrse sin pararse a pensar en lo que
nos dice la voz mientras nos balanceamos. Constituyendo la oveja negra de la
exposición y adentrándote en un concepto casi pederasta, la sala del columpio
invita a cuestionarse hasta donde tenemos que llegar para llamar la atención y
crear polémica entre los espectadores.
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