Chatarra ‘artística’
Conchi Moraleda Martínez
Tal exposición como es ‘small data’ te lleva a recordar esos primeros
cacharros que funcionaban como teléfonos móviles, o esos primeros ordenadores
que tardaban horas en encenderse y en procesar la información. Daniel Canogar
con su obra de carácter divulgativo parece dar una nueva vida a las tecnologías
obsoletas. Está poco interesado en la
última novedad. Este artista nació en
Madrid en 1964 y cursó estudios de Ciencias de la Imagen, lo que posteriormente
le llevaría a especializarse en fotografía. Daniel Canogar encuentra los
materiales y elementos para su exposición entre montones de chatarra, para después
organizarlo y crear esta serie de obras las cuales están relacionadas con la
memoria, tanto personal como colectiva, que parecen atrapadas en el interior de
las tecnologías, y la identidad, pues con muchas de ellas la gente se relaciona con otras
personas. En la actualidad, la tecnología se ha convertido en nuestra segunda
piel.
La obra de Daniel Canogar es inusual.
Conmemora las tecnologías anteriores. Las personas, tanto las que estamos estudiando
como las que ya han terminado su etapa de estudio, tenemos la obligación de aprender
cada vez más el modo de funcionamiento de las nuevas tecnologías, porque en
realidad si queremos competir en un futuro en un mercado laboral como en el que
nos encontramos hoy en día es muy importante y necesario estar actualizado. Las
nuevas tecnologías, relacionadas con nuestro entorno, están agilizando, mejorando
y perfeccionando algunos actos que realizamos en nuestro día a día. Ésta juega un papel muy importante en el mundo ya
que la sociedad va avanzando y necesita cada vez más hacer uso de las nuevas
tecnologías.
El arte muchas veces se ha logrado
gracias a los avances tecnológicos, ya que con muchos elementos nuevos se ha
podido realizar. Antiguamente, entre el
arte y la tecnología no había distinciones. Pero, a partir de Newton, aparece
una separación entre ambas. Esta separación se va reafirmando durante el
Romanticismo, donde se acaban consolidando dos culturas distintas con poca
relación. Durante el siglo XX, en mayor proporción durante las vanguardias, varios
personajes relevantes intentaron solucionar el problema que supone esta
división. En el momento actual, el arte y la tecnología son dos rostros de la
creatividad humana, dos que además se encuentran estrechamente relacionados, ya
que la última es una fuerza fundamental en el desarrollo y evolución del arte. La
tecnología ha conseguido revolucionar en gran medida el mundo del arte.
Es cierto que muchas veces el uso de
las nuevas tecnologías nos evade, nos hace desconectar del mundo en el que
vivimos. Muchas personas se convierten en verdaderos ‘viciados’ de la tecnología.
La gente se ‘robotiza’ y deja de lado el mundo y la naturaleza. Como dijo
Daniel Canogar: ‘Mentalmente, ya hemos abandonado la tierra’. Y es verdadero el
hecho de que cada vez más las personas dejamos de hacer las cosas nosotros y
echamos mano de la solución más rápida, como sucede cuando realizamos una simple suma con
la calculadora en vez de hacer un pequeño cálculo mental, o en el momento de
realizar un trabajo de investigación, en vez de hacerlo entre libros
enciclopédicos, se utiliza una forma mucho más sencilla como es buscarlo en
internet. Esto tiene la mayoría de las veces un resultado negativo, ya que
podemos encontrar numerosas informaciones erróneas en la red, lo que lleva a
realizar un trabajo mediocre por el mero hecho del conformismo y la pereza, característica
propia de la época en la que vivimos en la actualidad.
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