lunes, 29 de septiembre de 2014

                       UNA GENERACIÓN DE IDIOTAS
                                   
Lorena Castillo Dualde (1º Historia del Arte)

Daniel Canogar que se presenta a si mismo como un artista-arqueólogo, nos presenta en la Galería Max Estrella su último trabajo, Small Data, con el que explora la vida y la muerte de la electrónica de consumo presentando una serie de dispositivos electrónicos abandonados, organizados en una especie de baldas individuales como si fueran restos frágiles de fósiles de una época pasada, y los cuales reciben proyecciones cenitales. Estas proyecciones están orientadas con precisión sobre el material escultórico, dando la impresión de que las tecnologías obsoletas han resucitado. Canogar pretende que estas instalaciones animen lo inanimado.

Esta exposición intenta revelar las memorias que permanecen atrapadas en el interior de los dispositivos electrónicos. A lo largo de nuestra vida desarrollamos una relación muy íntima con nuestros objetos, en este caso los dispositivos electrónicos, los cuales en la mayoría de los casos se convierten en guardianes de nuestros recuerdos, y en nuestra principal herramienta de comunicación, hoy en día, en pleno siglo XXI con el mundo exterior. Esta serie es una reacción a la extensa investigación que hizo nuestro artista, Daniel Canogar, sobre el concepto Big Data, la gran obsesión ahora en la zona de California, lugar donde desarrolló el proyecto gracias a una residencia en Silicon Valley, meca de la tecnología y la informática. Los sistemas analíticos son capaces de controlar ingentes cantidades de datos que producimos en contacto con internet, plataformas archiconocidas como lo es el gran gigante Google, por ejemplo, analiza y almacena las más de 3.000 millones de búsquedas diarias que se hacen en su buscador. Fue entonces, cuando según pasaban las semanas entre un sinfín de reuniones con gente del sector tecnológico cuando espantado con ese sistema panóptico, tuvo la necesidad de hacer algo, algo muy pequeño y personal, algo que fuera una especie de antídoto al mundo Big Data. Justo en ese instante se empezó a gestar este gran proyecto de Canogar. Un proyecto que nos propone una mirada íntima hacia el aspecto más frágil de la tecnología que domina la sociedad. A través de este trabajo, Canogar intenta dar vida a estos materiales que ya han muerto, intenta mostrar sus secretos, reavivar la memoria colectiva que contienen en su interior para construir de este modo, un retrato de la sociedad y de toda una época.

Con la tecnología buscamos burlar el tiempo, pero, exactamente ¿quién domina a quien en este particular universo tecnológico en el que estamos todos inmersos día tras día? El caso es que hay una simbiosis demasiado intensa con las tecnologías, por lo que no es útil verlas como algo que viene de fuera y que nos somete, ya que física y psicológicamente canalizamos gran cantidad de nuestra vida emocional a través de estos aparatos. El mismo Canogar declara abiertamente su adicción a la información, pero actualmente en esta era tecnológica en la que vivimos, necesitamos ponernos unos límites, sino entramos en un limbo sin sentido donde la realidad se aplana y deja de tener matices. Con esto, quiero resaltar que el ser humano es tan complejo como su relación con las tecnologías que le rodean, teléfonos móviles, ordenadores, e incluso mandos a distancia, y esa enrevesada relación es uno de los temas centrales de esta exposición. Precisamente con Small Data pone de manifiesto su interés por mostrar la relación emocional e íntima que tenemos con las tecnologías de consumo doméstico.

Por último me gustaría hacer hincapié en el hecho de que no debemos ser esclavos de las tecnologías, ya que desgraciadamente estamos generando un mundo de máquinas, zombis, y disculpad la expresión, de idiotas. ¿Se está cumpliendo el pronóstico de Albert Einstein?

 “Temo el día en que la tecnología sobrepase nuestra humanidad, pues el mundo sólo tendrá una generación de idiotas”. 

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