lunes, 29 de septiembre de 2014

El cementerio, un lugar lleno de vida

Paula Morales Buades

Miguel Ángel dijo en su día: “Cada bloque de piedra tiene una estatua en el interior y es la tarea del escultor descubrirla. Entonces, Daniel Canogar es un artista contemporáneo que en su muestra busca desde cementerios de  aparatos eléctricos la idea de revivirlos, de dejar que salga esa energía que no había salido de su interior. Canogar es un artista visual que trabaja con fotografía, vídeo e instalación. Su nueva muestra lo tiene todo en la cual se presenta un número de objetos que nos son muy familiares y que los hemos tenido en nuestras manos, pero que nos extraña la manera en la que están colocados y que solamente aparecen partes de ese aparato electrónico. Esta exposición, llamada “Small Data” se encuentra en la galería de Max Estrella, su tercera exposición en este lugar, donde nos sorprende ¿cómo un espacio tan pequeño puede una persona hacer que se haga inmenso?

La finalidad de Canogar es autorretratarse en la exposición, ya que cada teléfono, impresora, escáner, móvil, mando a distancia, game boy han pasado por sus manos y verlos vivos, iluminados, hace que se cree una ilusión en nosotros mismos haciéndonos recordar esos momentos pasados con ellos, ya que al estropearse nos da pena librarnos luego de ellos. Memoria e identidad, dos palabras que resumen esta muestra. Ese efecto de ilusión los crea mediante un trabajo minucioso que cualquiera se volvería loco, ya que cada pieza tiene un efecto de luz, un efecto que le da vida, que muestra lo que hicimos con él: jugar al juego de Mario Bros, ver pelis, dibujos animados, series…; escanear documentos, calcular números y hacer miles de llamadas desde móviles que no podías transportar de lo grande que eran hasta móviles táctiles. Canogar, en resumen, te está creando una situación en la cual hay algo físico pero también imaginario. Nos está demostrando un arte contemporáneo hecho con la memoria y no con las manos. Además, durante el recorrido de la exposición, Canogar hace que pases del papel del observador, al propio protagonista.

Por último hay que decir, que en una de las partes de la exposición hay una obra que es un montón de desechos en los cuales ha puesto una parte de su otra obra que ha expuesto en el Times Square de Nueva York, donde grabó a hombres y mujeres reptando. Luego, entras en una sala donde te encuentras una mesa con miles de letras de teclados de ordenador que van cobrando vida gracias a unos monstruitos creados por el propio Canogar. Efecto que nos hace ver la idea principal de la exposición, el revivir a los aparatos muertos. Pero, hay que destacar la última obra de la exposición, donde se ven un mónton de pantallas de distintas cosas que Canogar ha reconstruido digitalmente su forma original que luego desaparece en un río de miles de aparatos desechados, hecho que provoca que la ilusión que teníamos mientras se iban construyendo ante nuestros ojos se fuera en segundos.


Finalmente, volviendo a hacer referencia a Miguel Ángel, él esculpió el David desde un bloque de piedra deformado por el intento de realizarlo años atrás, pero que no consiguieron los otros artistas, hasta que llegó Miquel Ángel y lo convirtió en una de las esculturas más conocidas en todo el mundo. Y eso es lo que ha hecho Canogar en su obra, ha cogido desechos de aparatos electrodomésticos para crear una obra que impresiona a la gente cuando la ve. En definitiva, es una obra que construye el recuerdo de una sociedad y de una época, una máquina del tiempo que te devuelve a distintas épocas de tu pasado. 

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