El
cementerio, un lugar lleno de vida
Paula
Morales Buades
Miguel Ángel dijo en su
día: “Cada bloque de piedra tiene una estatua en el interior y es la tarea del
escultor descubrirla. Entonces, Daniel Canogar es un artista contemporáneo que
en su muestra busca desde cementerios de
aparatos eléctricos la idea de revivirlos, de dejar que salga esa
energía que no había salido de su interior. Canogar es un artista visual que
trabaja con fotografía, vídeo e instalación. Su nueva muestra lo tiene todo en
la cual se presenta un número de objetos que nos son muy familiares y que los
hemos tenido en nuestras manos, pero que nos extraña la manera en la que están
colocados y que solamente aparecen partes de ese aparato electrónico. Esta
exposición, llamada “Small Data” se encuentra en la galería de Max Estrella, su
tercera exposición en este lugar, donde nos sorprende ¿cómo un espacio tan
pequeño puede una persona hacer que se haga inmenso?
La finalidad de Canogar
es autorretratarse en la exposición, ya que cada teléfono, impresora, escáner,
móvil, mando a distancia, game boy han pasado por sus manos y verlos vivos,
iluminados, hace que se cree una ilusión en nosotros mismos haciéndonos
recordar esos momentos pasados con ellos, ya que al estropearse nos da pena
librarnos luego de ellos. Memoria e identidad, dos palabras que resumen esta
muestra. Ese efecto de ilusión los crea mediante un trabajo minucioso que
cualquiera se volvería loco, ya que cada pieza tiene un efecto de luz, un
efecto que le da vida, que muestra lo que hicimos con él: jugar al juego de
Mario Bros, ver pelis, dibujos animados, series…; escanear documentos, calcular
números y hacer miles de llamadas desde móviles que no podías transportar de lo
grande que eran hasta móviles táctiles. Canogar, en resumen, te está creando
una situación en la cual hay algo físico pero también imaginario. Nos está
demostrando un arte contemporáneo hecho con la memoria y no con las manos.
Además,
durante el recorrido de la exposición, Canogar hace que pases del papel del
observador, al propio protagonista.
Por último hay que
decir, que en una de las partes de la exposición hay una obra que es un montón
de desechos en los cuales ha puesto una parte de su otra obra que ha expuesto
en el Times Square de Nueva York, donde grabó a hombres y mujeres reptando.
Luego, entras en una sala donde te encuentras una mesa con miles de letras de
teclados de ordenador que van cobrando vida gracias a unos monstruitos creados
por el propio Canogar. Efecto que nos hace ver la idea principal de la
exposición, el revivir a los aparatos muertos. Pero, hay que destacar la última
obra de la exposición, donde se ven un mónton de pantallas de distintas cosas
que Canogar ha reconstruido digitalmente su forma original que luego desaparece
en un río de miles de aparatos desechados, hecho que provoca que la ilusión que
teníamos mientras se iban construyendo ante nuestros ojos se fuera en segundos.
Finalmente, volviendo a
hacer referencia a Miguel Ángel, él esculpió el David desde un bloque de piedra
deformado por el intento de realizarlo años atrás, pero que no consiguieron los
otros artistas, hasta que llegó Miquel Ángel y lo convirtió en una de las
esculturas más conocidas en todo el mundo. Y eso es lo que ha hecho Canogar en
su obra, ha cogido desechos de aparatos electrodomésticos para crear una obra
que impresiona a la gente cuando la ve. En definitiva, es una obra que
construye el recuerdo de una sociedad y de una época, una máquina del tiempo
que te devuelve a distintas épocas de tu pasado.
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