domingo, 21 de septiembre de 2014

El arte de Noé
(Lydia Esteban Zaloña)

¿Cómo definir el arte?, ¿se limita el arte únicamente a un cuadro?, y más aún, ¿sólo puede considerarse arte un cuadro de Goya, Botticelli, Rubens..? Todas estas preguntas consiguen disiparse nada más contemplar los cuadros  de Mateo Maté, pertenecientes a su  colección: “la cara oculta”, siendo ésta, su primera  exposición individual en Madrid desde el año  2005.

Como dice el psicólogo y filósofo francés Michael Foucault :“lo propio del saber no es ni ver ni demostrar, sino interpretar”. Es decir, como estudiantes de Historia del Arte, el hecho de no poseer aún una serie de conocimientos sólidos acerca de él, no implica que, al observar la primera obra de Mateo Maté en la galería, no tengamos una actitud crítica hacia sus obras, o no nos produzcan ciertas sensaciones. En este caso, el ambiente en la galería era, por un lado, de tranquilidad, debido a la austeridad de la sala. Es decir, no estaba recargada con multitud de obras  y sobretodo, en segundo lugar, la sensación es de desconcierto, y no sólo por el camino laberíntico que delimita el centro de la sala, sino por la manera en la que los cuadros  te absorben, como si se tratase de una espiral de la que no puedes salir.

Esta colección del artista, “la cara oculta”, refleja a la perfección, el sentido de una buena obra de arte, es decir, habla por sí misma, y sin necesidad de pinceladas de color, nos transmite, que el arte, no es sólo aquello que vemos y nos llama la atención por su complejidad de líneas o, infinitos rostros de personajes y colores, sino que la obra de Mateo Maté refleja todo el proceso que conlleva elaborarla, desde el principio, de lo que parece ser un delicado laberinto hasta el final.

Atendiendo a la explicación del artista, las lineas de madera de  la obra, no están colocadas a conciencia, ni siquiera tienen una explicación geométrica ni matemática, sin embargo, personalmente, vi reflejadas las distintas etapas de la vida en uno de los cuadros.Las lineas de madera que sobresalen, corresponderían a los primeros años, esa etapa dónde todo aquello que ves es algo nuevo. Poco a poco, según vas adentrándote en el laberinto, las cargas emocionales y responsabilidades cada vez van siendo mayores, es decir cada vez tienes más piezas de madera encima, como ocurre en el cuadro.

Al observar el conjunto de sus obras y analizarlas, van adquiriendo poco a poco un doble sentido. El primero, es la crítica personal hacia dichas obras y las sensaciones que nos han producido, como he citado anteriormente y, en segundo lugar, la finalidad con que el autor las crea, que no es otra que la de demostrar al público que un cuadro, es mucho más que la estética que podemos apreciar a simple vista. Un cuadro, como obra de arte es por tanto, el conjunto final y en perfecta armonía que forman la tela del lienzo, las vigas de madera que lo sostienen y por supuesto el laborioso trabajo del artista.

Por último, la escultura de Mateo Maté, resulta muy llamativa y lleva automáticamente a relacionarla con una enredadera,  ya que parece que en cualquier momento la escultura puede seguir creciendo, a medida que le añadimos más vigas de lienzos que, en su trayectoria profesional el artista ha ido creando. Además, muestra las entrañas de un cuadro y la importancia que adquieren a la hora de crear una obra, ya que, es el pilar fundamental de todas ellas.

Para concluir, las obras de Mateo Maté, reflejan lo que el arte en sí mismo es, es decir, se asemejan a un diccionario ya que a través del arte, en este caso, sus cuadros y su escultura, explica el significado del arte.

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