Crónica de una ciudad modernizada
(Lydia
Esteban Zaloña)
Actualmente
el concepto de ciudad, puede resultar bastante ambiguo a la hora de definirlo.
Podríamos fijarnos en sus elementos arquitectónicos, nivel económico, riqueza
cultural y artística...sin embargo, la exposición de Ángel Marcos, muestra la
necesidad de adentramos más allá de los convencionalismos turísticos como
grandes plazas o edificios que casi
rozan el cielo.
Al consultar
cualquier diccionario, a poder ser el más gordo de la estantería de casa para cerciorarse
bien, la definición sería muy clara: “conjunto
de edificios y calles regidos por un ayuntamiento...”. Pero...¿qué se puede
encontrar al doblar la esquina de una plaza o bajo los cartones de un mendigo?
Muchos dirán, que las plazas no tienen esquinas, a ellos yo les llamaría
ignorantes. Al visitar la exposición “Alrededor
del sueño 4” del vallisoletano Ángel
Marcos, se ve perfectamente plasmada esta idea de que la ciudad no es sólo lo
visualmente atractivo, sino el conjunto de ciudadanos, ruido de los coches y
hasta los bocatas de calamares de la Plaza Mayor o las discusiones de tu vecina
del quinto.
Al igual
que en las fotografías de la exposición en la que se observa como Manhattan o Madrid
han ido evolucionando y modernizándose hasta convertirse en grandes centros de atractivo
cultural y artístico, simultáneamente, el concepto de ciudad también ha
evolucionado con ellas. En la antigua Grecia la ciudad o polis era un centro cultural, político y lo más importante: un
centro social. En la actualidad, la ciudad ha ido convirtiéndose poco a poco en
un puñado de amasijos de metal y cristal. Algunos lo llaman rascacielos y otros
simplemente, “edificios altos”. Es
decir, se está perdiendo la verdadera esencia de la ciudad que es la de interactuar
con las demás personas. En ese sentido, Ángel Marcos lo refleja muy bien ya que
en sus fotografías no predominan las imágenes de personas.
Además de la idea de
ciudad, como un espacio que va mas allá de lo visualmente atractivo y la evolución
de la misma a lo largo de los siglos, cabe destacar una función más. La ciudad
como un espacio en la que conviven diversas culturas. En la antigua Grecia, cada
una de estas ciudades eran una nación independiente y consideraban extranjeros
a los habitantes de otras polis, en
la exposición de Ángel Marcos, las luces con las que están iluminadas las
fotografías de Madrid, reflejan que el artista, pretende dar una “nueva luz” o “enfoque distinto” a la ciudad de Madrid, y otras ciudades europeas,
las cuales han sido noticia en los últimos años por la inmigración masiva. Es
decir, el artista quiere hacer ver al público, que Madrid es algo más que el
titular de un periódico acerca de la inmigración. Como se observa en las
fotografías, Madrid es y ha sido un cambio en la modernización y evolución de
la mentalidad en el siglo XXI, con fotografías que van desde antiguas
esculturas de La Granja hasta el famoso cartel de “Tío Pepe”.
Otro aspecto
interesante de la exposición, es la intención del arista, es decir, su dominio
en el campo de la fotografía, unido a su mente contemporánea, hacen de dichas fotografías
una rica fuente de conocimiento propia del siglo XXI. La profundidad de las
fotografías y el barniz que el artista emplea, crean el espejismo de una falsa
ventana, desde la cual se pueden visitar y conocer diferentes ciudades y ambientes,
sin moverse de Madrid. Como
señala el crítico y promotor de arte Joan Fontcuberta : "La fotografía
ya no es memoria, sino acto".
Por tanto, la obra de Ángel Marcos tiene además un fin
didáctico.
Para
concluir, la frase del político británico Winston Churchill, resume
perfectamente el concepto de ciudad que la exposición de Ángel Marcos
transmite: “Construimos nuestros edificios, les damos forma, y luego ellos nos dan
forma a nosotros”.
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