domingo, 21 de septiembre de 2014

UN LABERINTO EN EL CENTRO DE LA CIUDAD
Ignacio Gómez Castaño
Un laberinto, eso es lo que muchos pensamos cuando vamos andando por las calles de la maravillosa ciudad de Madrid, tras andar durante un gran rato intentando encontrar la galería NF donde expone el famoso artista contemporáneo Mateo Maté llegamos al lugar.
Al entrar en la galería nos encontramos con un sistema de balizamiento que al igual que Madrid para unos pocos o quizás más de lo que nos creemos es un laberinto, con esta forma de sorprendernos el autor puede también que quiera decirnos que en el arte no solo hay una línea recta, como más tarde veremos. Tras este recibimiento, hallamos al artista en medio del “laberinto” donde comienza a explicarnos su exposición, más allá de quien es Mateo Maté, para quien no sepa aun quien es, le instamos a que lo averigüe rápidamente ya que sus obras les sorprenderán para bien.
Mateo, licenciado en la escuela de Bellas Artes de Madrid, es un artista que más allá de ser pintor de lienzo común, él nos habla a través de los distintos objetos, tergiversando sus formas o colocándolos de cierta manera. Su paso de la pintura a otros elementos fue debido a su pensamiento de quedarse atrapado entre los códigos de la pintura o los bastidores y pensando que había muchas maneras de hacer arte se lanzó hacia ese nuevo camino.
En este caso, “la cara oculta” trata más bien de que hay más allá de la pintura, de lo que hay por detrás. Al ver la exposición, nos damos cuenta de que está enteramente realizada con los bastidores traseros de los lienzos. Aunque solo vemos algunas pocas obras de toda esta exposición vemos que es una serie “renovada”, ya que algunas de las obras expuestas fueron realizadas en 1996 y algunas otras en el 2014.
Las primeras obras tratan de unos bastidores que colocados de cierta manera, se encuentran formando un laberinto, después vemos otra obra de esta misma serie pero más moderna, esta vez una del 2014 en la que al igual que el artista juega colocando los bastidores en forma de laberinto, esta vez se encuentra en relieve o de manera superpuesta unos sobre otros. A mi pensar, lo que nos puede decir el artista es que el arte como la vida son laberintos, por los que nos vamos a dar vueltas y vueltas sin saber a dónde llegamos, muchas de estas veces, quizás ni encontremos una salida y tengamos que retroceder y salir por donde habíamos entrado, otras encontraremos de alguna manera esa segunda salida que buscamos de manera ansiosa.
Tras superar el balizamiento en forma de laberinto y ver estas obras en las que te dan lugar a pensar muchas cosas, llegamos a una pequeña esquina en la que nos sorprende encontrar una figura en el suelo en forma de cubo, también realizada con bastidores, pero con la particular manera de que por dentro del cubo está hecha con formas también empleando estos mismos bastidores. Esta obra es de la serie antigua realizada en 1996, y está situada en un emplazamiento más que adecuado. Con esta obra, yo llego a pensar en que lo que desea transmitir Mateo, es que el trabajo del artista es muy difícil, y que a veces nos podemos sentir atrapados por lo que estamos haciendo.
La verdad es que no se si Mateo quería transmitir todo lo que nos hizo sentir en esta maravillosa exposición, yo, particularmente os propongo que la visitéis y que intentéis impregnaros de lo que Mateo quería transmitir y que es lo que os hace sentir a vosotros.



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