lunes, 29 de septiembre de 2014


VIDA INERTE

SARA MONTERO GONZÁLEZ

El artista internacional Daniel Canogar, nacido en Madrid en el año 1964, y que ha realizado exposiciones en diversos museos alrededor del globo terrestre, llega a Madrid con su exposición “Small Data”. Podemos encontrarla en la galería Max Estrella, la cual ha reunido entre sus cuatro paredes artistas tanto nacionales como internacionales, centrándose en un arte más contemporáneo. Daniel Canogar nos da una pista del tema de su obra con el título de la exposición, “Small Data”, juego de palabras a colación del término “Big Data”, que en el sector de tecnologías de la información y la comunicación es una referencia a los sistemas que manipulan grandes conjuntos de datos.

Daniel Canogar utiliza en su obra abundantes recursos audiovisuales. En uno de sus últimos trabajos, “Midnight Moment”, adopta estos recursos con las pantallas de Times Square en Nueva York. Al entrar en la galería se aprecia austeridad y sobriedad en las paredes de la sala, causando que el visitante muestre mayor atención en las obras. Éstas, están exhibidas en baldas individuales, dotando a cada pieza de la misma importancia que la anterior. Sobre estas baldas se encuentran piezas, de lo que en su momento fue un aparato electrónico (placas, teclados de ordenador, calculadoras…).  A primera vista es un objeto inútil, pero la sorpresa llega cuando el proyector que se encuentra sobre la obra se enciende. Podríamos decir que la obra es un cementerio tecnológico, que con las proyecciones devuelve la vida a los objetos, pero al igual que se encienden se apagan, devolviéndote a la realidad, donde lo que se observa no es más que un montón de chatarra. Esta observación nos recuerda a la película “Matrix”, donde el protagonista vive en un mundo virtual del que es rescatado y cuando despierta se da cuenta de cómo es la realidad. Se encuentra en un mundo donde existe la supremacía de las maquinas sobre los humanos y en cierta medida es lo que ocurre en la exposición de Canogar, pues encontramos presente las maquinas, pero no las personas.

En la actualidad el mundo gira en torno a las nuevas tecnologías, siendo una parte importante del día a día.  ¿Quién  no tiene hoy en día un teléfono móvil? La gran mayoría de la población está subordinada a las nuevas tecnologías, ya sea por cuestiones de trabajo o por la comunicación social.  El historiador francés Voltaire dijo: “El arte de la vida consiste en hacer de la vida una obra de arte”.  Canogar no podría haber interpretado mejor esa frase. En su obra utiliza piezas de elementos electrónicos deteriorados que forman parte de cada casa, apenas útiles para el resto de las personas. De los desechos crea algo bello, componiendo una nueva concepción del arte, donde encuentra en elementos pobres, algo estético… una nueva idea de belleza.

El autor con la obra pretende hacer una crítica de la dependencia a la tecnología en la sociedad mundial. Otros artistas también han realizado críticas sobre este mismo tema, como el artista callejero Bansky, con una de sus obras llamada “Mobile Lovers”.  Canogar también pretende desencadenar recuerdos en nuestra memoria, mostrándonos esos primeros teléfonos móviles de enormes dimensiones que todos hemos tenido, o con una simple aparición de un personaje de videojuegos llamado Mario Bross. Los humanos sentimos cierto apego a los objetos que nos pertenecen, que han formado parte de nuestra vida, de una época. Es por eso que nos cuesta desprendernos de ellos, y almacenamos y almacenamos hasta que realmente no recordamos el por qué lo hicimos, encontrándonos con trastos viejos e inútiles.

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