sábado, 27 de septiembre de 2014

Prisiones

Maria Fernanda Isaza Múnera (1º Historia del Arte)

Me pierdo en las calles madrileñas sin tener la menor idea de donde me encuentro. Pero tengo un destino, la galería NF a conocer el primer trabajo en vivo que veo de Mateo Maté. Nacido en Madrid en 1964. Ha sido expuesto en otras exposiciones individuales en el Museo Siqueiros (México D.F), Circulo de Bellas Artes (Madrid) y el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, entre otros. Un artista que se ha desarrollado en un estilo principalmente conceptual nos muestra el día de hoy una propuesta oculta, una mirada hacia eso que no conocemos. El concepto de este trabajo suyo “la cara oculta” realizado de 1994 a 2014 esta basado en la ley que se dio a lugar en la Academia de Bellas Artes de Francia en el siglo XIX que establecía las medidas y formatos para los bastidores. Aunque en la exposición de hoy no se vieron todas las piezas de “la cara oculta” aún así se puede apreciar el desafío que hace Maté a estas instituciones y la regla en general.

Maté juega con el concepto de laberinto; espacio diseñado para hacer perder a quien se adentre en el y poner pruebas, desafíos en la búsqueda del ser. Así en la misma exposición encontramos un laberinto físico que hace adentrarnos en las obras, en una búsqueda por lo oculto. Igualmente el atrevimiento del artista por controlar lo que sucede en la sala de su exposición, sugiere un gran control de su parte, sugestiona la privación de movimiento y libertad en la sala. Cuando el objetivo aparente de la exposición es precisamente mostrar un desafío a la norma. Mientras me adentro más y más en el laberinto encuentro sus obras sencillas pero con un trasfondo que va más allá. A medida que avanza el laberinto Maté te hace alejarte y acercarte a las obras a su antojo y da a pensar que el artista trata de dar su visión, de su trabajo. Justamente en el recorrido podemos apreciar cuan arduo puede llegar a ser el camino de un artista, siempre te encuentras con caminos sin salida en un laberinto.

En las obras, el hecho de que el lienzo este contra la pared y su cara oculta expuesta es una contraria a lo esperado, a lo presuntamente regulado. Suponemos que un cuadro debe mostrar el bastidor con el lienzo en frente exponiendo la obra sea cual sea y Maté va en contra de esto completamente, construyendo una serie de piezas que van en contra de esa visión única de lo supuestamente correcto, haciendo una referencia a los dogmas que se vivía cuando empezó a ser artista. Maté lanza un grito con sus obras sobre el aprisionamiento de un artista. Una prisión laberíntica dada por estas normas y dogmas que acarrea el mismo arte. Cuando superamos el laberinto nos encontramos con su obra final; una escultura tridimensional en madera de lo que sería el laberinto que acabamos de recorrer, metafóricamente hablando. El artista nos da una visión periférica de lo que fue eso que acabamos de hacer, de nuestro recorrido y así mismo mostrarnos la prisión donde nos encontrábamos, donde el se encontraba.

Podemos concluir que Maté no solo hace referencia a unos símbolos como el laberinto y la norma, sino a la vida misma y sus imposiciones, todo el esfuerzo que acarrea luchar por un sueño o un objetivo. Conocimos la prisión de Mate el día de hoy pero es una simple invitación de el hacia nosotros para sumergirnos en nuestras propias prisiones, en nuestro propio ser.

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