lunes, 22 de septiembre de 2014

LABERINTOS DE LIBERTAD
Mateo Maté
Miguel García Saurí (1º Historia del Arte)

El conocido artista contemporáneo Mateo Maté, expone su obra en la Galería Nieves Fernández, donde busca romper con ciertas normas que lo mantienen apresado dentro de su labor, tanto a él como a otros artistas, mientras intenta mostrar otro modo de contemplar las obras y aquello que esconden. De ahí el nombre de la exposición, “La cara oculta”.
El principal problema que se plantea aquí es la trampa con la que se topan muchos artistas: la imposición de la medida estándar para ciertos modelos realizada por la Academia francesa de Bellas Artes. Con esa idea como base, decide liberarse e ir en contra de las normas actuales para poder llegar a expresar lo que busca de una manera original, aunque para algunos pueda llegar a ser extraña, confusa y áspera. Su idea se basa principalmente en colocar los cuadros al revés, de manera que lo que se ve es tan solo el propio reverso. Este experimento ya lo realizó anteriormente en las ermitas de Sagunto en el año 2012 y ya hace 20 años que comenzó a trabajar con estos cuadros girados, sin embargo no se para aquí, sino que a demás decide colocar las tablas que tensan la tela del cuadro a modo de laberinto, intentando mostrar al público la sensación que él tiene debido a las imposiciones de la Academia francesa, la idea de una cárcel para el artista que le impide expresar todo lo que busca en un espacio tan reducido. Y no solo eso, porque en su exposición también deja plasmado el deseo de liberación y de ir contra unas normas que no sirven más que para molestar irónicamente a los propios artistas.
La exposición a primera vista es realmente corta. Consta tan solo de un par de salas y de 5 obras, siendo 4 de ellas prácticamente lo mismo. No obstante la originalidad no termina aquí, sino que utiliza los propios elementos de la exposición para aumentar la curiosidad del espectador. Hablo de las cintas de seguridad de la sala, que son colocadas, de nuevo, en forma de corredor laberíntico para que el público no solo observe la cárcel del artista, sino que al mismo tiempo se encuentre en una situación similar. Tampoco es la primera vez que utiliza estas cintas para sus propios fines artísticos.
Tras recorrer este laberinto sin minotauros, y conseguir salir de él, se vislumbra una escultura que recuerda a los reversos de los cuadros anteriores por varios motivos. Uno de ellos es el material, de nuevo los bastidores de los cuadros, otro es que la sugerencia sobre una cárcel sigue plasmada en esta obra, aunque esta vez se aprecia más la selección de medidas para los cuadros, motivo principal de inspiración para esta exposición.
Mateo Maté trabaja en diversos campos, ya sea vídeo escultura o pintura, y ante todo es un artista conceptual, con lo que lo importante de sus obras no es realmente el objeto en si, más que eso es la idea que busca enseñar al público. En esta situación, se ve comprometido a trabajar plásticamente ya que esta exposición le reta a ello. Y lo que se ve en su trabajo son sugerencias, porque dentro de este arte la “sugerencia” es lo que se encuentra.

Mateo manifiesta su interés en mirar las obras desde otros lados y otras perspectivas para no tener siempre una misma idea sobre algo concreto. También se interesa por desvelar y enseñar lo escondido sin olvidarse de que la misma obra puede interpretarse de diferente manera según el lugar geográfico en el que se observa.

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