Metamorfosis.
De la ciudad a la urbe.
Nerea
Fernández Barquilla
De
la mano del fotógrafo Ángel Marcos iniciamos una breve pero intensa travesía
por cuatro países muy diferentes: Estados Unidos, China, Cuba y España. Expone
su obra en la Sala Canal de Isabel II, donde demuestra un absoluto control y
domino de un espacio tan complejo como es esta galería. Haciendo gala de una
original visión espacial, soluciona los problemas que presentan las 5 plantas y
dispone con originalidad la abundante muestra fotográfica en “Alrededor del
sueño 4”.
La
genialidad de la fotografía de este artista reside en la aparente cotidianidad,
en la que subyace una segunda lectura que muestra la realidad de las ciudades
que retrata. A diferencia de otros artistas como Eugène Atget cuya intención era
puramente registral, así como otros autores cuyas obras adquieren sentido con
la contemplación, Ángel Marcos lanza una
queja fotográfica contra la decadencia de las ciudades, que han llegado al
punto de convertirse en meras urbes, residencias de las personas que quedan
imposibilitadas de vivir cualquier sueño y llegados a este punto, han pasado a
sustentarse en cuestiones únicamente monetarias y económicas.
Cuatro
son los sueños que, comenzando con el estadounidense y finalizando con el
europeo, quedan congelados en esta sala. La exposición no deja de ser una reflexión
del sistema político actual en el que las personas somos ahora urbanitas, donde
las ciudades son tan solo acumulaciones de hombres y sus sueños varados. Por
ello centra el objetivo de su cámara sobre el paisaje urbano, relegando a las los
hombres a un segundo plano Las calles de Manhattan se constituyen como enormes
carteles publicitarios en los que se utiliza como reclamo los sueños sin
cumplir. La publicidad en la Habana adquiere un carácter muy diferente. En sus
calles abunda la propaganda política, la representación del Che se convierte en
un habitual del paisaje urbano, así como otros símbolos de revolución que se
emplazan en los lugares donde en una calle neoyorquina encontraríamos un cartel
de una nueva colonia o de un flamante coche deportivo. De esta manera,
diferenciamos dos sueños muy opuestos, pero que a la vez esconden una cara en
común. El tercer país que visita es China, donde inmortalizó escenas urbanas de
magníficos escenarios como Shanghái, Hong Kong o Pekín, ciudades que en los
últimos años experimentaron un terrible crecimiento que, como ocurre en todas
las metrópolis, se extiende como una ola demoledora sobre los barrios más
antiguos, arrastrando a todos sus habitantes hacia “el sueño occidental”.
De
los cuatro entornos, la última incorporación, Madrid, es sin duda la
protagonista y como tal, ocupa las tres primeras plantas de la galería, así como
la gran estructura central. En esta ciudad (o más concretamente, no-ciudad)
Ángel Marcos retrató un escenario ya conocido, sin embargo, sus fotografías no
representan al Madrid al que probablemente todos estemos acostumbrados, sino
una parte de la ciudad que es la que nos habla de su evolución, de la formación
de su historia. Imágenes en blanco y negro, grandes contrastes, técnicas
innovadoras, soportes originales o cajas de luz, así como el acompañamiento de
las imágenes con estímulos sonoros y sobre todo la gran estructura central que
nos rememora un gran edificio compuesto a su vez de pequeños recuerdos
madrileños, son algunas de las técnicas
a las que recurre para guiarnos en este viaje.
Sin
duda, Ángel Marcos es un artista que se alimenta del arte contemporáneo y que
ha perfilado una técnica muy personal a lo largo de su carrera, cuya fotografía
se merece unos minutos de detención y lectura, porque como dijo Roland Barthes:
“la fotografía no es ni una
pintura, ni una fotografía; es un texto, es decir, una meditación
compleja, extremadamente compleja…”
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