miércoles, 24 de septiembre de 2014

Metamorfosis. De la ciudad a la urbe.


Metamorfosis. De la ciudad a la urbe.

Nerea Fernández Barquilla

De la mano del fotógrafo Ángel Marcos iniciamos una breve pero intensa travesía por cuatro países muy diferentes: Estados Unidos, China, Cuba y España. Expone su obra en la Sala Canal de Isabel II, donde demuestra un absoluto control y domino de un espacio tan complejo como es esta galería. Haciendo gala de una original visión espacial, soluciona los problemas que presentan las 5 plantas y dispone con originalidad la abundante muestra fotográfica en “Alrededor del sueño 4”.

La genialidad de la fotografía de este artista reside en la aparente cotidianidad, en la que subyace una segunda lectura que muestra la realidad de las ciudades que retrata. A diferencia de otros artistas como Eugène Atget cuya intención era puramente registral, así como otros autores cuyas obras adquieren sentido con la contemplación,  Ángel Marcos lanza una queja fotográfica contra la decadencia de las ciudades, que han llegado al punto de convertirse en meras urbes, residencias de las personas que quedan imposibilitadas de vivir cualquier sueño y llegados a este punto, han pasado a sustentarse en cuestiones únicamente monetarias y económicas.

Cuatro son los sueños que, comenzando con el estadounidense y finalizando con el europeo, quedan congelados en esta sala. La exposición no deja de ser una reflexión del sistema político actual en el que las personas somos ahora urbanitas, donde las ciudades son tan solo acumulaciones de hombres y sus sueños varados. Por ello centra el objetivo de su cámara sobre el paisaje urbano, relegando a las los hombres a un segundo plano Las calles de Manhattan se constituyen como enormes carteles publicitarios en los que se utiliza como reclamo los sueños sin cumplir. La publicidad en la Habana adquiere un carácter muy diferente. En sus calles abunda la propaganda política, la representación del Che se convierte en un habitual del paisaje urbano, así como otros símbolos de revolución que se emplazan en los lugares donde en una calle neoyorquina encontraríamos un cartel de una nueva colonia o de un flamante coche deportivo. De esta manera, diferenciamos dos sueños muy opuestos, pero que a la vez esconden una cara en común. El tercer país que visita es China, donde inmortalizó escenas urbanas de magníficos escenarios como Shanghái, Hong Kong o Pekín, ciudades que en los últimos años experimentaron un terrible crecimiento que, como ocurre en todas las metrópolis, se extiende como una ola demoledora sobre los barrios más antiguos, arrastrando a todos sus habitantes hacia “el sueño occidental”.

De los cuatro entornos, la última incorporación, Madrid, es sin duda la protagonista y como tal, ocupa las tres primeras plantas de la galería, así como la gran estructura central. En esta ciudad (o más concretamente, no-ciudad) Ángel Marcos retrató un escenario ya conocido, sin embargo, sus fotografías no representan al Madrid al que probablemente todos estemos acostumbrados, sino una parte de la ciudad que es la que nos habla de su evolución, de la formación de su historia. Imágenes en blanco y negro, grandes contrastes, técnicas innovadoras, soportes originales o cajas de luz, así como el acompañamiento de las imágenes con estímulos sonoros y sobre todo la gran estructura central que nos rememora un gran edificio compuesto a su vez de pequeños recuerdos madrileños,  son algunas de las técnicas a las que recurre para guiarnos en este viaje.


Sin duda, Ángel Marcos es un artista que se alimenta del arte contemporáneo y que ha perfilado una técnica muy personal a lo largo de su carrera, cuya fotografía se merece unos minutos de detención y lectura, porque como dijo Roland Barthes: “la fotografía no es ni una pintura, ni una fotografía; es un texto, es decir, una meditación compleja, extremadamente compleja…”

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