LO QUE NADIE VE.
Inés
Lumbreras.
Mateo Maté (1964) anteriormente
pintor y actualmente escultor, afirmando que se siente más cercano a los
carpinteros que a los pinceles, utiliza en su obra objetos cotidianos de su
entorno, incluso íntimos para mostrar cómo en la actualidad los espacios en los
que vivimos están impregnados de tensiones que se mezclan. Con su obra quiere mostrar que el mundo en el que vivimos
es indescifrable dando un gran uso a la ironía. Utiliza objetos de nuestro
entorno, pero generando una sensación de desconcierto, de caos para así mostrar
que el mundo en el que vivimos está repleto de amenazas, peligros y enigmas.
El conjunto de obras de su
exposición La cara oculta muestra
cuadros contra la pared donde los bastidores están sobre el lienzo y no el
lienzo sobre los bastidores que pasan a ser los protagonistas de la obra. Nos
da a entender cómo las cosas que no vemos, que creemos insignificantes en
realidad son el principio de todo. Da a conocer lo que la gente no es capaz de
ver pero sin embargo está siempre presente.
Mateo Maté acostumbra a jugar con
los símbolos, cómo la utilización de la forma de distintas zonas geográficas,
con mayor intensidad en la figura de la Península Ibérica. En esta obra utiliza
el laberinto como símbolo. Utiliza los bastidores para crear el laberinto, uno
de los símbolos de la humanidad presentes desde la Antigüedad Clásica y que se
reflejan en la mitología cómo con el mito de El minotauro en el palacio de
Cnosos en Micenas, mostrando así que la
misma vida es un laberinto y que está siempre presente. El camino al arte es
complicado, sin embargo, la obra no te da la respuesta. La vida está plagada de
preguntas sin respuesta, muchas veces nos encontraremos con ese camino del
laberinto que nos llevará a un sin salida.
Desde el Renacimiento al Barroco los
hombres utilizaban los laberintos para tener tiempo para ellos mismos, para
reflexionar. Era un sitio donde nadie les podía encontrar, para encontrarse a
ellos mismos, dónde no existían las leyes humanas.
Nada más entrar en la galería nos
recibe con un laberinto que nos lleva a todos hacia el mismo camino, hacia la
obra, que sin embargo no nos da ninguna respuesta clara, Mateo Maté no busca imponer una idea sobre su obra, sino
que da rienda suelta a la libre interpretación. Utiliza este laberinto para
mostrar cómo vamos todos por el mismo camino, estando pendientes de no
salirnos, muestra la sociedad actual, como todos estamos homogeneizados, ya que
desde pequeños estamos sometidos a una enseñanza estándar donde nos muestran
los que es “normal” o “anormal”.
Maté consigue salir de este
laberinto dejando los pinceles a parte y mostrando lo que nadie muestra ni
tiene en cuenta. Se sale del camino que siguen todos los artistas para llegar a
darnos una visión diferente, desde otro punto de vista. No busca crear un vínculo
directo entre la obra y el espectador como hacen los cuadros convencionales que
transmiten, por lo general, un único sentimiento o sensación. Sus obras no
transmiten sensaciones ni sentimiento, sino mensajes, mediante los objetos que
utiliza y los símbolos que representa consigue mantener una “conversación” con
el espectador.
Es una obra contemporánea que
muestra la sociedad en la que vivimos, esa forma de vida metódica y
superficial, como todos seguimos el mismo camino y como vamos tan pendientes de
no “perdernos” nunca que no nos fijamos en las cosas que está “ocultas” y no
nos detenemos a observarlas y, que sin embargo son la base de todo lo que
vemos.
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