SOMNIFEROS
PARA TU INSOMNIO
"Alrededor del sueño", Ángel
Marcos
María
Blanco Alejandre
-“3:07 am. marca mi Rolex, vertiginoso piso lujoso de Manhattan, mi cama Flex revuelta
y deshecha. ¡Oh Morfeo! ¿Por qué me haces esto? Es el tercer barbitúrico que me
tomo esta noche y… (bostezo) aún me mantengo despier…”
Fase 1, NO REM:
No sé si se trata de una alucinación hipnagógica por tener la ventana abierta
o, estoy sobrevolando Nueva York en camisón. Sí, siento el pulso de la gran metrópolis
bajo mi almohada de marca, estoy fascinada como una (h)urraca por todas las
brillantes luces que todo lo inundan. Bombardeada por demasiada publicidad,
siento la necesidad de beberme una CocaCola light. Sonámbula me levanto, y reflexiono
como tanta subliminalidad causa estragos en mi felicidad. Condenados a que
manipulen e implanten nuestros deseos ya nada verdaderos, quieren hacernos
creer que lo que nos gustaría tener cabe en por ejemplo, una imagen de Ángel
Marcos o un diamante que no te permita volver a desayunar.
Pero,
¿a que huele aquí?, esto es justo lo que él quiere decir. En este frívolo cúmulo
urbano, se contrapone la ostentación, el consumismo y las firmas lujosas, a la
más fracasada basura de los barrios marginales. Causa de todo esto es el “non
olet” del maldito dinero que hace que el mundo paradójicamente apeste.
Fase 2, NO REM:
La ciudad como una gran cárcel gris pese a su engañosa luz, controlada por
papeles de colores marchitos pretende imponer el siguiente eslogan: “Elige la
vida, una carrera, pagar a plazos un traje de marca o preguntarte quien coño
eres los Domingos por la mañana”…http://www.youtube.com/watch?v=LekkYOvjyZs ...Es
decir, escoge todo dentro de un marco estándar controlado que no da cabida a
los sueños o, “Yo elegí no elegir la vida, elegí otra cosa…”, enganchaté alternativamente
al caballo.
Fase 3, NO REM:
De los anuncios, a la extendida epidemia de propaganda política cubana. En este
caso, la devastación se convierte más en desolación al presentar sus fotografías
en “envases”. Trágico como intentar capturar la naturaleza en la planta baja,
como si los fenómenos naturales pudieran enfrascarse o el césped artificial
oliese a mojado por la lluvia.
Ese
es el mismo sentimiento que ha conseguido transmitirme de la Habana, condenada
a albergar una historia revolucionaria expandida en su totalidad, sin esperanza
alguna de prosperidad, solo queda ver como se marchitan los pétalos impares de
dicha triste margarita.
Fase 4, NO REM:
Mi sueño delta de China poco tiene que decir, sino que es la culminación de un régimen
aún más clausurado y un lugar más carcelario que acogerá un mercado comunista y
a su vez capitalista occidentalizado que, ni siquiera le es propio. Calamitoso.
Fase 5, REM:
Por fin el sueño definido como tal, es recreado por Ángel Marcos mediante un
epicentro plagado de diversas y chocantes fotografías de Madrid. Como si para
llenar un gran espacio necesitase de multitud de pequeños componentes, me
recuerda de esta manera a la creación de su propia microciudad. Alterna todo tipo
de edificios, algunos manchados de graffiti (“Viva la ciudad sucia”, El Rey de
la Ruina) otros de publicidad, o simplemente atrapa una esquina de una forma
sorprendente. A su vez, mientras giramos alrededor
del sueño llegamos a la cúpula final, a ese punto tan alto que tanto atrae
a este artista experimentador, para por fin, liberarnos de nuestra jaula
pequeños jilgueros.
Los
primeros rayos de sol me despiertan, resulta que fumar amnesia para entrar en
trance me produce insomnio y hace que vea al propio Ángel Marcos como una
fotografía en sí misma, en blanco por su pelo y negro por su ropa, me evoca a
padecer narcolepsia, no más narcóticos Freud, he dejado de distinguir la
realidad del sueño.
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