jueves, 25 de septiembre de 2014

EL JILGUERO NO HA SIDO LIBERADO

                            
                                             

                                                          Said Masías Carranza


¨ Se sueña antes de contemplar todo paisaje, es una experiencia onírica¨

  Viajamos Alrededor del Sueño 4 de Ángel Marcos, fotógrafo especializado en el género paisaje, dentro de la cultura de la contemporaneidad.
La cotidianidad, la continuidad, la supervivencia, lo superfluo y los no paisajes son una constante en sus obras. Son los paisajes los protagonistas y no las personas, las personas son elementos secundarios en sus obras.

 Ángel Marcos encierra el paseo que realizaremos  en un torreón que ayuda de manera casi mística a la experiencia onírica de la que vamos a ser partícipes.
Paseos por New York, sus calles, sus edificios, su desarrollo, lo que antes fue y lo que intenta ser hoy, la vida continúa, las marcas casi han cicatrizado, el odio no. 
Nos adentramos a Cuba, Cuba y sus contrastes, una mirada mestiza, el saber y el revolucionario Régimen Castrista, tal vez una muestra de lo que podríamos llamar fracaso de las esperanzas pero que sus iconos no se atreven a aceptar, su bloqueo económico actual contrasta paradójicamente con la figura de un teatro, que para más inri se llama América.
Por fin llegamos a Oriente, a China, la iluminación  cenital quizás  nos querrá enviar algún mensaje. Oriente, seguimos con los contrastes de una urbe supuestamente emergente que constituye una potencia mundial, que sin embargo en su seno convive la miseria extrema y la explotación de la mano de obra y las grandes empresas capitalistas inclusive el mundo financiero que empiezan a dominar. La iluminación le dá un aire dramático, casi tenebroso digno de esta situación
Queda claro que el ideal concebido por Ángel Marcos es Europa, Europa que tiene una vieja y larga memoria, la que por tanto tiene más historia y por ello es la que con más motivo no debe ser presa de su pasado. El escenario elegido en este caso es Madrid, Madrid y lo típico, Madrid y lo atípico, Madrid y sus tópicos. Lugares en los que nos reconocemos, sentimos parte de nosotros y soñamos con más intensidad al saberlos nuestros.

  Ángel Marcos nos hace testigo de su amor hacia los travellings y los paneos, ya que son algo evidente, su objetivo que la sensación de viaje y movimiento nos acompañe hasta el final.
Llamativos son los 2 cortos, uno por lo que nos cuenta y el otro por lo que nos muestra y deja soñar.
Definir el comportamiento humano como una circunstancia es algo más que acertado. El jilguero no ha sido liberado, el jilguero ha sido amaestrado y ha aprendido de sus circunstancias. Fue encontrado preso, parecía que esa era su naturaleza, posteriormente fue liberado, posee una liberación engañosa, aún sigue atado por los transparentes hilos de la urbe.
Como si de una escena de ¨Tiempos Modernos¨ se tratara, los movimientos repetitivos de las máquinas se fusionan con los suyos, condenado a comportarse de una manera establecida para poder sobrevivir.

  Nuestro recuerdo conforma el pensamiento, nuestro recuerdo construye cada paisaje, cada tienda, cada escaparate, cada imagen romántica o hiriente, lo que fue o lo que nunca pudo ser, se queda plasmada en nuestra retina a través de cada fotograma, de esa película que nos montamos a través de este viaje.
Las ciudades, esas grandes protagonistas, que sería de Woody Allen o Joaquin Sabina si no existieran, o quizás ya no existen, solo existen los sueños fantasmas de esas ciudades, nos hemos reducido a símbolos y a iconos, donde los humanos somos personajes secundarios, hemos dejado vacías las calles y solo viven en ellas nuestros anhelos.





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