lunes, 29 de septiembre de 2014

¿SUEÑAN LOS ANDROIDES CON OVEJAS ELÉCTRICAS?

                                              Said Masías Carranza

¨Yo, he visto cosas que vosotros no creeríais. Atacar naves ardiendo más allá de Orión. He visto Rayos-C brillar en la oscuridad cerca de la Puerta de Tannhäuser. Todos… esos momentos… se perderán en el tiempo… como lágrimas en la lluvia. Es hora de morir¨ Lágrimas en la lluvia. Blade Runner.

  Sin duda la escena del monólogo final de  Roy Batty es el momento de clímax de esta gran película de culto. Blade Runner describe un futuro en el que los humanos han construido a los replicantes, humanos artificiales de aspecto físico humano pero que carecen de emociones y empatía y cuya vida para ¨seguridad¨ de los nuestros es de cuatro años. Los replicantes por una serie de acontecimientos son declarados ilegales y un equipo denominado Blade Runner son los encargados de detectarlos y destruirlos.


  ¿Pero qué ocurre cuando los replicantes desarrollan conciencia de estar vivos? y no se explican por qué tienen que morir, y que su vida llegue al final en cuatro años. Roy reacciona de manera violenta al principio; pero al darse cuenta que su vida llega al final, ama las demás vidas, hasta el punto de salvar a su verdugo de la muerte. No se explicaba por qué tenía que ser diferente a los humanos, es acaso por el hecho de no tener recuerdos? no tener una vida anterior, no poder recordar como olía su madre o cuando jugaba libremente por las calles cuando era niño. 
Su lucha insaciable por fabricar recuerdos en su efímera vida es lo que le perturba, finalmente decide no perder el tiempo y vivir aunque sus recuerdos se perderán como lágrimas en la lluvia.

  Y es de lo que nos habla Daniel Canogar en su exposición SMALL DATA, realizada a base de materiales electrónicos encontrados en basureros y centros de reciclaje. Calculadoras, móviles, teclados, dvds, mandos a distancia que ya han cumplido su fecha de caducidad, una fecha de caducidad impuesta por los humanos. Elementos sin vida, Canogar intenta revivir lo inanimado a través de animaciones de luz proyectadas, intentando poder rescatar  esa vida que ya no existe.
Nos habla de la pérdida de memoria por lo que creamos, jugando a ser creadores nos osamos a dar vida y quitarla cuando se nos antoja, nada ni nadie es imprescindible, lo que creamos no tiene identidad propia por ese motivo podemos manejarlo a nuestro antojo. Suerte tenemos de no vivir aún en ¨Blade Runner¨ y que las máquinas aún no hayan empezado su lucha por tener conciencia, de eso ya se encarga Daniel Canogar.

¨Si no estuvieras conmigo, el tiempo me parecería una eternidad.... le susurré una vez al oído. Pero que es la eternidad si no más que olvido, un recuerdo triste de primavera. Habitamos en los recuerdos que no son más que olvido. El día que encuentre a alguien a quien amar, no le diré que me ame una eternidad, le diré que cuando por fin habite en el olvido venga a buscarme cualquier día de primavera¨ Luis Zaragoza.

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