miércoles, 24 de septiembre de 2014

Ciudades oníricas y no tan oníricas.
Jonathan Lino Rodríguez (1º Historia del Arte)
El artista Ángel Marcos, quien se especializa en fotografía, ha abierto la exposición Alrededor del sueño 4 en la Sala Canal Isabel II. En dicha exposición, el fotógrafo plantea cuatro ciudades en torno a las que gira la exhibición: Nueva York (Estados Unidos), La Habana (Cuba), Shangái (China) Y Madrid (añadida en esta exposición). Situada en las escaleras del depósito, la exposición comienza con unas señales de tráfico en las que aparecen varias plantas, haciendo alusión de hasta qué punto la naturaleza se ha urbanizado y controlado dentro de las ciudades. En el mismo espacio, se encuentran cuatro paneles con una foto de cada ciudad que ha visitado: los rascacielos del distrito de Manhattan, la situación política presente en La Habana, la caótica Shangái y el engullimiento de los edificios antiguos por parte de los nuevos, y la Europa del sur, eligiendo la ciudad de Madrid.

A pesar de que todas las ciudades están presentes durante la exposición, en Alrededor del sueño 4 se centra sobre todo en la capital de España. Así pues, Ángel Marcos ha creado un edificio formado con varias fotos de Madrid. Fotos de elementos que han llegado a ser un tópico para el resto de países a la hora de mirar hacia esta ciudad; fotos de edificios antiguos, y elementos más actuales. Acompañando a este bloque blanquinegro se encuentran fotos de las cuatro ciudades, con una iluminación variada.

Lo que el artista quiere con esto es invitarnos a reflexionar sobre la ciudad, lo que suponía la ciudad antiguamente, y lo que supone la ciudad en la actualidad. Es cierto que, a lo largo de la historia, la ciudad ha sido contemplada como un lugar de ensueño, en el que podemos cumplir nuestras expectativas, alentados por sus edificios que alcanzan los cielos (como puede verse en Nueva York), pero también nos limita, ya que a veces no se llegan a realizar esos sueños, y la ciudad acaba reduciendo nuestro día a día a centrarnos en el trabajo, y en nada más.

No obstante, el artista no deja de lado el ámbito político. Por tanto, en la Sala también se encuentran fotografías que dan protagonismo a los intereses políticos, ya sea decidir dejar una serie de edificios en pie, o derrumbarlos, decidir ampliar las ciudades, los nombres que se ponen o no se ponen a calles y barrios (escritores, políticos, figuras históricas… De distinta ideología según la ideología del Gobierno que se establece en ese país), la propaganda (electoral, revolucionaria…), etc. Y, a medida que se asciende, rodeando al edificio de papel fotográfico compuesto por Madrid, el espectador va comprendiendo la exposición, sumido en su propia reflexión sobre qué significa realmente la ciudad, y qué elementos la componen. Porque, si una cosa puede interpretarse, es que el término “ciudad”, más bien la ciudad misma, es más que un conglomerado de edificios, grandes carreteras y ruidosas y caóticas calles. La verdadera ciudad se compone por elementos culturales, sociales y políticos. Tan llena de oportunidades así como limitadora, vivimos en este espacio que es “sueño y prisión”. Debemos, por tanto, tener en cuenta todos estos elementos, reflexionar sobre qué era la “ciudad” antiguamente, y qué es en la actualidad; criticar, cuestionar los elementos que las condicionan, e incluso proponer unos nuevos que también puedan condicionarlas.


En definitiva, esta exposición nos ofrece la oportunidad de poder comprender qué se entiende como “ciudad” y que hasta entonces no se nos ha ocurrido cuestionar. Con esta visita, uno puede analizar a conciencia la ciudad. Con esta exposición, uno puede hacerse a la idea de qué sería para él una verdadera ciudad.

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