Ciudades oníricas y no
tan oníricas.
Jonathan Lino Rodríguez (1º
Historia del Arte)
El artista Ángel Marcos, quien se especializa en
fotografía, ha abierto la exposición Alrededor
del sueño 4 en la Sala Canal Isabel II. En dicha exposición, el fotógrafo
plantea cuatro ciudades en torno a las que gira la exhibición: Nueva York
(Estados Unidos), La Habana (Cuba), Shangái (China) Y Madrid (añadida en esta
exposición). Situada en las escaleras del depósito, la exposición comienza con
unas señales de tráfico en las que aparecen varias plantas, haciendo alusión de
hasta qué punto la naturaleza se ha urbanizado y controlado dentro de las
ciudades. En el mismo espacio, se encuentran cuatro paneles con una foto de
cada ciudad que ha visitado: los rascacielos del distrito de Manhattan, la
situación política presente en La Habana, la caótica Shangái y el engullimiento
de los edificios antiguos por parte de los nuevos, y la Europa del sur,
eligiendo la ciudad de Madrid.
A pesar de que todas las ciudades están presentes
durante la exposición, en Alrededor del
sueño 4 se centra sobre todo en la capital de España. Así pues, Ángel
Marcos ha creado un edificio formado con varias fotos de Madrid. Fotos de elementos
que han llegado a ser un tópico para el resto de países a la hora de mirar
hacia esta ciudad; fotos de edificios antiguos, y elementos más actuales.
Acompañando a este bloque blanquinegro se encuentran fotos de las cuatro
ciudades, con una iluminación variada.
Lo que el artista quiere con esto es invitarnos a
reflexionar sobre la ciudad, lo que suponía la ciudad antiguamente, y lo que
supone la ciudad en la actualidad. Es cierto que, a lo largo de la historia, la
ciudad ha sido contemplada como un lugar de ensueño, en el que podemos cumplir
nuestras expectativas, alentados por sus edificios que alcanzan los cielos
(como puede verse en Nueva York), pero también nos limita, ya que a veces no se
llegan a realizar esos sueños, y la ciudad acaba reduciendo nuestro día a día a
centrarnos en el trabajo, y en nada más.
No obstante, el artista no deja de lado el ámbito
político. Por tanto, en la Sala también se encuentran fotografías que dan
protagonismo a los intereses políticos, ya sea decidir dejar una serie de
edificios en pie, o derrumbarlos, decidir ampliar las ciudades, los nombres que
se ponen o no se ponen a calles y barrios (escritores, políticos, figuras
históricas… De distinta ideología según la ideología del Gobierno que se
establece en ese país), la propaganda (electoral, revolucionaria…), etc. Y, a
medida que se asciende, rodeando al edificio de papel fotográfico compuesto por
Madrid, el espectador va comprendiendo la exposición, sumido en su propia
reflexión sobre qué significa realmente la ciudad, y qué elementos la componen.
Porque, si una cosa puede interpretarse, es que el término “ciudad”, más bien
la ciudad misma, es más que un conglomerado de edificios, grandes carreteras y
ruidosas y caóticas calles. La verdadera ciudad se compone por elementos
culturales, sociales y políticos. Tan llena de oportunidades así como
limitadora, vivimos en este espacio que es “sueño y prisión”. Debemos, por
tanto, tener en cuenta todos estos elementos, reflexionar sobre qué era la “ciudad”
antiguamente, y qué es en la actualidad; criticar, cuestionar los elementos que
las condicionan, e incluso proponer unos nuevos que también puedan condicionarlas.
En definitiva, esta exposición nos ofrece la
oportunidad de poder comprender qué se entiende como “ciudad” y que hasta
entonces no se nos ha ocurrido cuestionar. Con esta visita, uno puede analizar
a conciencia la ciudad. Con esta exposición, uno puede hacerse a la idea de qué
sería para él una verdadera ciudad.
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