Romper con la norma… ¿Y si lo extrapolásemos?
Christian Blanco Fernández
“La Cara Oculta”: Una
exposición del artista Mateo Maté, en la galería Nieves Fernández de Madrid. La
exposición consta de cinco elementos. Hechos de madera casi completamente,
están subvertidos de tal manera, que según Maté, el objetivo que persiguen es
luchar en definitiva contra lo convencional. Un“bastidor sobre lienzo en
vez de lienzo sobre bastidor”, sobresale como ejemplo.
La sugerencia que
Maté nos transmite en su exposición, es interesante. ¿Por qué, no hemos
quebrado aún esa línea de “las cosas son,
como deben ser”? ¿Por qué una obra con unos esquemas inversos, como ese “bastidor sobre lienzo en vez del lienzo sobre el
bastidor” está visto de una manera extraña, como si su esencia ya
no fuese la misma?
Si extrapolásemos esto
al plano político-filosófico, dentro de un contexto artístico, daríamos con
diversas interpretaciones. Sin embargo, todas confluyen en un mismo punto: romper
con la norma.
El ideólogo Michel
Foucault, dijo una vez: “Lo normal se establece como principio de coerción en
la enseñanza y el establecimiento de una educación estandarizada […] escuelas
normales; se establece en el esfuerzo por organizar un cuerpo médico y un
encuadramiento hospitalario […]”
Lo cierto es que, este
“romper”, tiene sus ventajas y sus desventajas. Por una parte, la iniciativa de
querer innovar, suscita el cambio y nos abre nuevos caminos, como el de la
experimentación. Pero, ¿Hasta qué punto? ¿Y si lo extrapolásemos a un nivel más
general? ¿Se acercaría esto a una concepción anarquista”? Ya hubo un arte
anarquista una vez. “La Cara Oculta” no se diferencia mucho del mismo. Según el
artista francés Paul Signac, “El
pintor anarquista no es aquel que pinta cuadros con motivos anarquistas, sino
el que sin ánimo de lucro, […]lucha con todo su individualismo y todo su esfuerzo personal
contra […]
los convencionalismos oficiales" Quizás no se trate
de anarquismo en cuanto a sus principios, pero sí en su actitud. Una actitud
que pretende romper con todos los esquemas anteriores.
Pero tal vez haya que
definir el concepto “convencionalismo”. ¿De qué convencionalismo estamos
hablando?, ¿Existe tan sólo uno?
Diferenciemos entre
dos clases de convencionalismos: los periódicos, y los constitucionales. Los periódicos,
son aquellos que durante un período de tiempo se desarrollan, y luego proceden
a su fin. Los constitucionales, se establecen como principios generales. Estos
principios, sin estar escritos, han sido convenidos entre los artistas durante
generaciones como una base esencial desde la cual partir. Es como si fuese “aquella ortografía que nos permite
escribir”. Con dicha ortografía, uno puede escribir todo y como lo desee.
El bastidor por tanto, debería estar detrás del lienzo, y no al revés. No es
una visión conservadora del arte, sino una defensa ante dichos principios. Es
esencial, como “La clave, que cierra al
arco”.
Pero: ¿Y si lo que
Maté está planteando, es más bien una concepción nietzscheana del arte? Me
explico: No tenemos sólo que “romper con esa norma”, y con esos “valores”, sino
que también debemos superarlos. Esta comparación, se resolvería entonces, con
el mismo principio nietzscheano, pero esta vez desde un punto de vista
artístico: Alcanzar el “superartista”. Que el artista potencie sus virtudes al
máximo, que se haga digno de su propio arte. Y esto, no es un discurso
anarquista. Esto, es un testimonio de superación.
En conclusión, sea
una tendencia u otra hacia la que Maté tienda, la iniciativa que propone,
indudablemente busca el cambio. Podríamos decir, que es un camino difícil por
recorrer, en donde uno se encuentra con muchos enemigos y no pocos obstáculos.
Todo depende del límite que le pongamos al objetivo. Todo depende, de cómo lo
extrapolemos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario