“Marionetas del siglo XXI”
(Lydia Esteban Zaloña)
A
lo largo de los siglos, el ser humano ha ido renovando aquello que le era
inservible o anticuado, por artilugios cada vez más complejos y minuciosamente diseñados
para sobrellevar el día a día, o eso al menos eso es lo que nos han contado.
Sin embargo, ¿por qué es más importante conservar un antiguo manuscrito de un
escriba babilonio, cuyo nombre no me atrevo a pronunciar a un teléfono móvil
similar a un ladrillo? Daniel Canogar, va un paso mas allá en su exposición “Small data”.
La
brillantez de la exposición de Daniel Canogar radica en que el artista es capaz
de crear un tipo de arte muy especial con los restos de un ordenador que
fácilmente podría haber pertenecido a Isabel II, o con el mando de la
televisión que podemos encontrar entre los cojines del sofá. Es decir, mediante
objetos cotidianos combinados con la video proyección, consigue “devolverlos a la vida”. La primera idea
que me viene a la cabeza es la similitud entre esta idea del artista y una de
las culturas más complejas e interesantes que han existido. La cultura egipcia.
¿Por qué? Porque los egipcios creían en la vida después en la muerte es decir,
su alma y personalidad es lo que atravesaba lo corpóreo y llegaba al más allá.
En la exposición de Daniel Canogar, podemos ver restos de lo que podría ser un
ordenador caído desde un cuarto piso, o las entrañas de un reproductor
multimedia, esto, representaría lo corpóreo para los egipcios, mientras que la
idea del autor, de innovar, y devolver estos aparatos a la vida, representaría
el alma, que es al fin y al cabo lo que el autor quiere que perdure, la
intención, significado y lo que su obra representa.
En
segundo lugar, la experiencia que le aporta su máster en Arte con
especialización en fotografía, hace que la combinación de la tecnología y la
escultura sea mucho mas cercana para el público. Es decir, en pleno siglo XXI,
la tecnología se encuentra en todas partes, es invisible al ojo humano, pero
está ahí y cada vez cobra mayor importancia. La diferencia de una buena obra de
arte como puede ser la de Daniel Canogar con otras, es que este artista nos
muestra y presenta, lo que a simple vista el ojo humano es incapaz de ver, como
por ejemplo la conexión entre varios mandos, o la imitación de la vibración de
un móvil mediate la video proyección.
Por
otro lado, otra de las ideas que nos transmite la exposición del autor, es la
dependencia que hoy en día genera la tecnología y la presión que ejerce sobre
todos nosotros, es decir, al fin y al cabo somos como marionetas de algo que
nosotros mismos hemos creado. Esto puede verse en la obra, en la que, de un
puñado de metales y plásticos de lo que podría ser un disco duro, salen de él, proyectadas,
muchas personas. Se trata de un símil o comparación, llevado a a una escultura,
es decir, el montón de los restos de este disco duro, puede asemejarse a
nuestro mundo, a nuestro planeta cuando en un futuro sea la tecnología la que
nos domine a nosotros y no nosotros a ella. Esta reflexión puede parecer una
estupidez para algunos, o una utopía para otros, pero como dijo Michel Eyquem
de Montaigne “nadie está libre de decir
estupideces, lo malo es decirlas con énfasis”.
En
resumen, la tecnología cobra cada vez un papel más importante en esta sociedad,
y por tanto es importante su conocimiento para poder entender e incluso llegar
a crear obras de arte como las de Daniel Canogar, ya que renovarse y
modernizarse es una señal de progreso y conocimiento, puesto que la tecnología
ofrece un amplio abanico de posibilidades creativas en el mundo del arte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario